Musealidad, producción de enseñanza superior de arte y desarrollo de grupos independientes. Este es el título de la charla. Su enunciado atemoriza. Sin embargo, hay que separar las tres cuestiones. Podemos pensar de la siguiente manera: que la musealidad es el lugar de la memoria artística de la ciudad; que la producción de enseñanza tiene que ver con el estado de la reproducción de conocimiento de arte y sobre arte en la ciudad; y, que por grupos independientes hay que entender un complejo de iniciativas volcadas hacia la producción de arte contemporáneo. Tenemos, entonces, el la musealidad conserva, la enseñanza reproduce saber y que los grupos son los encargados de la acción en la actualidad del arte. Así planteadas las cosas, las funciones que cada elemento designado en el título pueden parecer contradictorias y contrapuestas. Lo que analizaré serán los momentos de contradicción y contraposición, como de posible colaboración. Esto supone concebir relaciones de trabajo y de interlocución no dominadas por el sentimiento de amenaza que las acciones de cada cual puedan representar para cada cual. Este es un caso de articulación institucional que se repite más o menos de la misma forma en todas las ciudades del interior. Siempre me encuentro ante la existencia de estos tres elementos: museos, escuelas, artistas independientes. De este modo, hay ciudades en que la bronca es total, otras en que la bronca es relativa, y en otras, hasta es posible combinar recursos y montar operaciones conjuntas. Pero todo eso, en el corto plazo. Porque cada espacio posee sus propios intereses y no se le puede solicitar al museo que enseñe, a la escuela que produzca arte de vanguardia y a los artistas que sostengan actitudes de gestión. Es decir, cada cual hace lo que no le corresponde, en sentido estricto. Aquí pasamos a un nivel superior: cuando un museo enseña, debe enseñar de modo distinto que una escuela; cuando una escuela produce obra, lo que debe poner en relevancia es su procedimiento; cuando artistas independientes hacen gestión, deben expandir hacia la gestión los diagramas de sus propias obras. ¿Ven? Al final, la charla no va a apuntar hacia lo que hay, sino a lo que puede ser hecho, con lo que hay. De lo contrario, vamos a repetir el modelo de la queja interminable. Sabemos que nada es como imaginamos que deben ser las cosas. Entonces trataremos de imaginar procedimientos y modos de analizar situaciones que nos permitan sostener iniciativas autónomas, puesto que hablamos desde la posibilidad de desarrollar pequeñas utopías locales.
Justo Pastor Mellado
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